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La diferencia entre la astrología de los Vedas y la occidental moderna

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La precesión de los equinoccios y el Zodíaco sideral

El Zodíaco no es una línea recta, sino una franja circular o elíptica ¿cómo se puede entonces identificar un comienzo o un punto inicial?

El Jyotish lo establece basándose en las constelaciones, específicamente, en el grado cero de la constelación Ashwini (o Arietis de acuerdo a la denominación astronómica moderna).

En cambio, la astrología occidental establece este punto a partir del 21 de marzo, el día del equinoccio primaveral en el hemisferio norte y otoñal en el hemisferio sur. Los equinoccios son cada uno de los dos puntos de la esfera celeste en los que la eclíptica corta al ecuador celeste y, al mismo tiempo, las respectivas fechas en las que esto ocurre. Durante los equinoccios el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre, donde alcanza el cenit, y el paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste coinciden, por lo que la noche y el día tienen la misma duración en todo el mundo.

Pero cada año, el 21 de marzo, el Sol sale en una posición ligeramente distinta en relación con los cero grados de Arietis, al moverse lentamente hacia atrás en el Zodíaco, recorriendo 50.3 segundos de arco por año, o un grado en 72 años. Si se pudiera mirar la posición del Sol durante el equinoccio, teniendo como fondo las constelaciones de estrellas, se vería claramente como este sale en una posición levemente diferente cada año. ¿A qué se debe este fenómeno? Esto se debe a que la Tierra no gira en forma vertical sobre su propio eje, sino que, así como lo muestra el gráfico, lo hace tal como un trompo, y así como en el caso del trompo, su tope gira a gran velocidad sobre su eje, mientras que el eje en sí se mueve en forma circular a una velocidad mucho menor. La precesión es entonces relativamente lenta; le toma 25,920 años a la Tierra completar un círculo.

Por otro lado, y esto es lo que nos interesa desde el punto de vista del Zodíaco, la precesión causa que el paso del Sol y de los demás planetas por los signos cambie en forma regular y progresiva. A consecuencia de esto, en los últimos 2000 años el cambio representa casi un signo zodiacal de diferencia. El resultado de este leve movimiento hace entonces que la posición de los equinoccios en relación con las estrellas varíe constantemente haciendo que estas estrellas se muevan “hacia atrás” en el Zodíaco. Hace unos 2000 años, cuando la astrología occidental estaba en sus comienzos, el equinoccio del 21 de marzo coincidió con el grado cero de Arietis, y entonces los dos zodíacos—el sideral (védico) y el tropical (occidental), eran idénticos.

De acuerdo al sistema sideral, el Sol se encuentra en el primer grado del Zodíaco cuando ingresa a la constelación Arietis. Por otro lado, el primer grado del zodíaco tropical u occidental, en el que están basados los horóscopos modernos, se establece de acuerdo a la posición que ocupa el Sol durante el equinoccio del 21 de marzo, que como vimos va cambiando en relación con las estrellas y, por lo tanto, con los signos. Debido a esta diferencia, con el paso de los siglos, el Sol ya no se encuentra en el signo de Aries entre el 21 de marzo y el 20 de abril, como aparece en los horóscopos occidentales, sino entre el 14 de abril y el 13 de mayo. El mismo desfase de casi 24° existe en la posición del signo ascendente y de los demás planetas en la carta astrológica.

“Sider” significa “estrella” e indica que la astrología sideral se basa en las posiciones astronómicas reales de los planetas en relación con las constelaciones de estrellas. El zodíaco sideral no es simbólico, se trata de un fenómeno astronómico observable que corresponde a las posiciones de los cuerpos celestes según lo reconoce incluso la astronomía moderna. El zodíaco sideral es el zodíaco original, real y observable, mientras que el tropical es un zodíaco abstracto y obsoleto.

En “Desenmascarando”, un libro científico publicado en Francia, el físico Georges Charpak y el profesor Henri Broch tratan de “desenmascarar” filosofías y creencias místicas, además de ciertos fenómenos paranormales como la levitación, el caminar sobre brasas, etc. Y con el propósito de demostrar la presunta falsedad de la astrología, ellos presentan el siguiente argumento: “De hecho, los signos zodiacales de nacimiento, tan comunes en las columnas astrológicas, ligados a las supuestas cualidades personales de aquellos que nacen bajo su influencia, están basados principalmente en posiciones astronómicas trazadas hace miles de años. El problema con esto es que el eje de rotación de la Tierra está en continuo cambio. El eje pivota tal como un trompo, completando una revolución cada 25.790 años, aproximadamente. Como resultado, los signos zodiacales en uso hoy en día por los astrólogos, no coinciden con las constelaciones”.

Los autores concluyen entonces que, en la actualidad, la sociedad moderna se encuentra infectada por pensamientos poco científicos, y que esta no es tan racional y científica después de todo. De esta manera, tratando de desprestigiar la astrología en general, Charpak y Broch utilizan un argumento que, como hemos visto, no es aplicable a la astrología védica, cuyo Zodíaco reconoce y se ajusta al continuo cambio del eje de rotación de la Tierra que ellos mencionan en su libro.

Como vemos, cuando se habla de astrología, solamente se considera la occidental o tropical, y esto es, en gran parte, gracias a que los académicos modernos le han hecho creer al mundo que la verdadera civilización y cultura comenzó en Grecia. Es verdad entonces que la sociedad moderna no es tan racional ni científica, ya que, con excepción de unos pocos, desconoce el tesoro de conocimiento e información que se encuentra en los Vedas, y piensa que la civilización de la India antigua estaba basada en la superstición y que carecía de fundamentos filosóficos y científicos.

Los astrónomos y estudiosos modernos que descubran esta ciencia del Jyotish y en ella la existencia del zodíaco védico, comenzarán a ver esta civilización y cultura con respeto y admiración; y posiblemente también querrán aprender de ella. Estamos seguros de que en el futuro no muy lejano, en la medida en que se difunda este conocimiento, serán muy pocos los practicantes de astrología que no utilicen el zodíaco sideral védico. Esa es nuestra predicción.

 

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