En un estudio realizado por el Instituto de Ciencia Weizmann de Israel y publicado por Cell Press, una innovadora agencia estadounidense dedicada a difundir investigaciones biomédicas, se comprobó que un grupo de gente a la que se alimentó con las mismas comidas obtuvo una gran variedad de reacciones. Eran Segal, uno de los investigadores, explicó que se encontraron grandes diferencias entre los 800 individuos que estaban en condiciones de salud similares, y quienes en algunos casos experimentaron resultados opuestos entre sí, consumiendo los mismos alimentos considerados saludables.
Según el científico, eso explica la razón por la cual las dietas para adelgazar o para disminuir el azúcar en la sangre que hoy en día se publican en revistas o que circulan en el Internet, no siempre dan buenos resultados. Cada quien reacciona diferente al consumo de los mismos alimentos sanos.
Los investigadores concluyeron entonces que los regímenes deben ser personalizados y que es necesario poner a cada persona en el centro del programa alimentario y no a la inversa.
El mismo principio que este moderno instituto científico acaba de descubrir, luego de un exhaustivo y costoso estudio, es exactamente lo que enseña la milenaria ciencia del Ayurveda: las dietas y los tratamientos deben ser personalizados y aplicarse de acuerdo a la prakriti -constitución individual-; no existe una panacea que se pueda recomendar para todo el mundo.
Tradicionalmente, el terapeuta ayurvédico es entrenado para determinar la constitución física del paciente con el fin de tratarlo de manera personalizada, ya sea para recomendarle una dieta como para prescribirle un tratamiento que incluye hierbas y otras medicinas.