Ghee– El ghee o mantequilla clarificada hecho de leche fresca de vacas que pastorean, incrementa la longevidad la memoria y la inteligencia. Da fuerza al organismo y retarda el proceso de envejecimiento de los tejidos del cuerpo. Incrementa la fertilidad del semen y del óvulo, mejora la voz y la garganta y es especialmente bueno para los niños y ancianos.
El ghee controla las tres doshas, ayuda a formar los siete elementos estructurales del cuerpo y elimina el exceso de bilis. Puede ser utilizado externamente en abscesos, heridas leves y quemaduras. Es bueno también para las úlceras, las enfermedades del pecho y la intoxicación. Tiene la propiedad especial de encender el fuego de la digestión y contiene el valor nutritivo de la leche de la cual fue hecho.
Se necesitan casi dos litros y medio de leche para obtener dos onzas de ghee. Ese ghee conserva el valor de la leche, sin perjudicar la digestión. Por ejemplo, si se toman 3/4 de litro de leche en una sola ingestión, se puede perturbar el proceso digestivo, mientras que dos cucharaditas de ghee tienen el mismo valor nutritivo y mejoran la digestión. El ghee se puede utilizar como un vehículo para las plantas medicinales, las que deben hervirse en él para transmitirle sus propiedades curativas.
Unas pocas gotas del ghee, que tenga diez años o más, se convierten en una poderosa medicina para combatir la obesidad, la epilepsia, el vértigo, el dolor de cabeza y diferentes problemas de los ojos y de los oídos. Se dice que el ghee añejo es tan poderoso que puede revivir a un hombre en estado de coma.
Además de sus propiedades nutritivas y medicinales, el ghee le da un gusto exquisito a las comidas, pudiéndose utilizar como aceite para freír, en lugar de los aceites vegetales hidrogenados que se venden hoy en día.