Chakra significa literalmente “rueda” o “lo que gira”. Los chakras son centros de energía ubicados en lugares estratégicos y conectados por medio de nadis. A su vez, los chakras distribuyen energía por todo el cuerpo. Cada uno de los siete chakras más importantes tiene correlación con el exterior, a través de las siete glándulas principales del cuerpo.
Por lo tanto, para conocer mejor la relación entre el cuerpo físico, hecho de elementos densos y el cuerpo sutil, es necesario comprender qué son los chakras y cómo funcionan. Si funcionan bien, los órganos recibirán la energía que necesitan y permanecerán saludables; de lo contrario, habrá disturbios o bloqueos, e incluso problemas psicológicos y emocionales.
Algunas experiencias fuertes o traumáticas en la niñez pueden “cerrar” alguno de los chakras que, de esta manera, se protegen de la energía negativa. Esto puede afectar un aspecto de la personalidad o de la salud del individuo, durante toda su vida. Los chakras localizados en la cabeza controlan la inteligencia y la percepción mental, una función de prana.
Sahasrara chakra (cuerpo pineal) Se encuentra en la coronilla. Tiene relación con el intelecto, los niveles superiores de la mente y la autorrealización. Es el asiento de prana y el único que no está conectado a la espina dorsal. Este chakra depende de los demás para funcionar apropiadamente y no se disturba por sí mismo.
Ajna chakra (glándula pituitaria) Es el llamado “tercer ojo”. Tiene que ver con la mente y las aspiraciones espirituales. Es también el asiento de prana y está situado en la frente; regula el sistema nervioso por medio de la actividad del hipotálamo y tiene que ver con la visión interior y la comprensión filosófica. Durante la niñez, está relacionado con la fantasía y se afecta cuando los padres o maestros bloquean la fantasía y la imaginación del niño. Como resultado de esto, habrá dificultades en aceptar o creer en todo aquello que no se pueda ver, tocar o medir; además de una carencia de intuición.
Vishuda chakra (tiroides) Se encuentra en la garganta y está relacionado con el elemento éter y con vata. Tiene que ver con la expresión creativa, las opiniones personales y con la comunicación. Cuando los padres no permiten que el niño utilice su potencial de inteligencia y discriminación, y no escuchan sus opiniones, este chakra se afecta. Como consecuencia, muchas veces uno se vuelve incapaz de decir lo que piensa. En el plano físico, su mal funcionamiento produce enfermedades del hígado y la vejiga, así como problemas en el funcionamiento de la tiroides.
Anahata Chakra (timo) Es el asiento del aire vital, vata. Tiene una conexión con los pulmones y el intestino grueso. Es responsable de los desequilibrios de vata y está situado en el área del corazón. Las personas cuyos padres han tenido una muy mala relación o se han separado, muchas veces tienen afectado este chakra. Luego, les cuesta relacionarse afectivamente y se sienten inseguras y confusas. Es necesario, entonces, que estas personas aprendan a abrir su corazón, tratando de comunicar sus sentimientos a los demás. El pranayama es excelente para trabajar este chakra.
Manipura Chakra (suprarrenales) Es conocido como el plexo solar y está situado encima del ombligo. Físicamente está relacionado al elemento fuego, al intestino delgado y al corazón. Energéticamente se relaciona con el hígado (vía pitta) y es responsable de los desequilibrios pitta. Controla la energía de la glándula suprarrenal y el nivel de adrenalina. Este chakra determina de qué manera uno desarrolla desde niño el deseo de poder y control. Cuando está afectado, se manifiestan características negativas e insatisfacción. Uno piensa que puede ser feliz aumentando su poder y control sobre los demás. Cuando de niño se vive en un ambiente en donde uno de los padres ejerce un excesivo control que no permite que los demás utilicen su propia inteligencia para tomar decisiones, o en donde sucede lo contrario y todo es anarquía, este chakra se “cierra”. Luego, uno puedeirse a alguno de los dos extremos. Es decir, uno se acobarda pensando que no tiene control sobre su vida, o trata de utilizar siempre su influencia para aumentar su poder sobre los demás. Para equilibrar este chakra es necesario aprender a vivir aceptando todo aquello que Dios nos otorga.
Svadhisthana chakra (gónadas) Está relacionado al elemento agua y ubicado por encima del órgano genital. Tiene conexión con los riñones y con los órganos sexuales. Es responsable de los desequilibrios kapha y también tiene un efecto sobre vata, especialmente cuando falta líquido en el organismo. Ayuda a regular el abastecimiento de oxígeno, de células sanguíneas y de energía vital. Tiene que ver con las experiencias de placer y sensualidad. Cuando en la niñez hay carencia de afecto de parte de los padres, existe la posibilidad de que este chakra se disturbe. Como resultado de esto, la persona puede irse al extremo de experimentar un disgusto por la vida sexual, considerándola antinatural e incluso evitando todo contacto físico con los demás, o puede suceder que considere que la vida sexual es lo más importante del mundo. Esto produce problemas en las relaciones afectivas, ya sea por rechazar todo tipo de contacto físico, o por basar la relación exclusivamente en ello. Cuando esto sucede se debe complacer a los demás sin esperar algo a cambio.
Muladhara chakra Se encuentra en la base de la espina dorsal entre los genitales y el ano. Está relacionado con el elemento tierra y es responsable de problemas vata, debido a que vata domina en esa parte del cuerpo. La falta de tierra (kapha) puede desequilibrar vata. Afecta energéticamente la espina, el estómago y la energía kapha. Activa nuestra capacidad generadora y es el asiento de kundalini. Este chakra está conectado con las energías básicas y controla el instinto de supervivencia. La falta de protección en la niñez y la consecuente inseguridad, hacen que este chakra se cierre en alguna medida, haciendo que la persona desarrolle una actitud negativa hacia la vida. Esto puede reducir su energía o volverla egoísta o agresiva. Los tres chakras inferiores son responsables de los desequilibrios de las tres doshas, debido a su ubicación física. Además, en el plano sutil, también afectan los órganos que están conectados con ellos. Hemos visto entonces que, en muchos casos, el origen de los problemas físicos y psicológicos crónicos se remonta a nuestras experiencias de la niñez. Debemos entonces comprender la naturaleza de estos problemas y aprender a resolverlos y a trascenderlos mediante el avance espiritual. Dependiendo de su naturaleza, algunos de los desequilibrios se tratan también con la práctica de yoga, dígito-puntura, masajes y aplicación de aceites y calor. Para mantener este chakra saludable es importante también prestarle la debida atención a las necesidades básicas de la vida, como la alimentación, el descanso y el ejercicio físico.